Han pasado 10 años desde que se escribió el post “Un paseo por Paseo de Gracia”.
La sociedad, las empresas, las ciudades cambian, pero su esencia nunca muere. Desde las crisis de 2008 y 2012, España, Cataluña y Barcelona se encuentran en fase de crecimiento. Una economía próspera ligada a varios factores. Entre ellos, la actividad comercial representa el 20% del PIB de España, el 30% de las exportaciones y el 50% de sus actividades de alto valor añadido (arte, alta cocina, ciencia…).
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¿Cómo se convirtió Barcelona en la “ciudad comercial”?
Hay muchos factores: Ciudad atractiva por su riqueza cultural (arquitectura, museos, festivales…); Inversión en transporte público y su, hasta ahora, bajo coste de alquiler en comparación a otras ciudades europeas. Eso es todo lo que necesitan los retailers para establecerse en la capital catalana. Además, Barcelona, es la 3ª ciudad turística europea más visitada y la 10ª más visitada del mundo con más de 8 millones de visitantes al año, muy por delante de Madrid.
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Con el comportamiento de los turistas; que combinan vacaciones y compras, muchas marcas empezaron a cambiar sus estrategias apuntando a las calles principales de Barcelona: Las Ramblas, Paseo de Gracia o Portal del Ángel, que son las calles imprescindibles de la experiencia de compra actual.
Es necesario volver a 1860 para conocer el plan Cerdà. Con él, la burguesía, eligió el Paseo de Gracia como su eje de ocio, donde se asentarían más adelante la Banca y luego el Retail de lujo. Y es con esta lógica estratégica, que Inditex (Zara, Massimo Dutti, Oysho…) se ha establecido en esta arteria que atraviesa el Eixample, hasta Plaza Catalunya, apoderarse de todas las calles comerciales del centro histórico. Un grupo que no podía permanecer sin competencia en esta importante área donde H&M, Uniqlo…. han hecho sus recientes apariciones. Las marcas ya tienen su Flagship en una de las avenidas más bellas del mundo: Nike, Levi´s, Versace, Guess, Etam, St Laurent….
¿Cómo se convirtió Barcelona en una “ciudad centro comercial”?
Los centros comerciales de la ciudad son verdaderos templos de compras. Barcelona es un destino de compras muy interesante, ya que aquí se encuentran muchas marcas nacionales e internacionales. Marcas españolas como Zara, Mango Massimo Dutti o Bimba y Lola a veces tienen precios un 30% más barato que los de otros países europeos durante todo el año. El desarrollo de la ciudad con los Juegos Olímpicos del 92, permitió repensar la ciudad desde su corazón. Los malls ya son cultura española, pensados como auténticos pulmones comerciales donde se puede encontrar todo tipo de servicios (cine, restaurantes, juegos infantiles, exposiciones….). Centros Comerciales con su propia identidad, una filosofía bien desarrollada por Unibail-Rodamco-Westfield con sus Centros Comerciales: La Maquinista, Splau o Glòries. Y ubicados en lugares estratégicos de la ciudad y su periferia. Espacios diseñados como puntos de encuentro como la Illa Diagonal, que es como un rascacielos tumbado que genera ciudad y al que puedes ir paseando.
¿Qué futuro y qué oportunidades existen para el mañana?
Un crecimiento significativo, nuevas ubicaciones de empresas vinculadas al sector digital (Amazon, Airbnb o Facebook) y un aeropuerto que sigue atrayendo cada vez más turistas profesionales y de ocio. Barcelona no dejará de crecer. Pero, ¿a qué precio? El aumento de las rentas y el desequilibrio político global dan a Barcelona incertidumbre sobre su futuro. El verdadero futuro de Barcelona está en sus fortalezas internas: quienes la hemos visto crecer y con quienes ha crecido – como sus marcas – FCB, Desigual, Puig, Glovo, Yerse, Etnia…
El futuro claramente es de las ciudades y de las marcas. De Barcelona a todo el mundo.