Viajar, comprar y cuidar de la salud (Expansion)
Quién nos iba a decir, hace tan solo unos años, que algunos de los emplazamientos Premium de los locales comerciales iban a ser codiciados por empresas de salud. La salud se ha convertido en un bien de consumo como puede ser el sector de la moda. Los centros de las ciudades están siendo invadidos por empresas de estética, ópticas o consultas dentales. Es una carrera que parece no tener fin.
Los pacientes muestran una mayor confianza en una marca fortalecida y con credibilidad, que tenga una gran red de locales para ofrecer servicios con altos estándares de calidad y que pueda así satisfacer sus expectativas en muchos lugares distintos a la vez. Hoy ya no vamos al dentista, sino que vamos a cuidar de nuestra salud. Están equivocados quienes aún dicen que es difícil equiparar los espacios de salud con los de moda porque a los primeros vamos por placer y a los segundos por necesidad. Pensemos por ejemplo en cómo los niños enseñan con orgullo sus brackets, o cómo las gafas toman de nuevo el protagonismo frente a las lentillas.
En el s.XXI se nos presentan también nuevos estilos de vida que nos animan a formar parte de este “Healthy Travel Retail”. Las personas viajamos constantemente, ¿por qué no podemos informarnos de los tratamientos de salud o dentales en los momentos en que paseamos antes de coger un avión, o un tren?. Es necesario replantear estos espacios de tránsito para que la salud tenga esa presencia de marca. Muchas de ellas, vinculadas a la salud, ya han empezado este “Healthy Travel Retail” expandiéndose a nivel internacional. Han sabido detectar esta oportunidad. Al mundo de la salud le ha llegado el momento de entrar en esta disrupción de la mano del retail.
La próxima disrupción en los aeropuertos será que, aparte de ser un nuevo espacio de relación donde poder ir a pasar el día, comer, e ir de compras, como si de un gran espacio comercial se tratara, podremos tomar algún vuelo.
No tardaremos mucho en ver “Healthcare Stores” en los hubs de conexión. Ya no existen los países, ni las fronteras, solamente la intención de cuidarse. Queremos sonreír, estar más sanos e invertir en nosotros mismos. Los espacios de tránsito y salud deben aprovechar esta oportunidad. Y el diseño también.